En la cavidad oral habitan una gran cantidad de microorganismos que se ubican en la superficie dentaria, lengua, carillos, paladar, en fin, en todas las estructuras que la conforman. No todos son patógenos; algunos están presentes antes de la erupción del primer diente y otros desde el nacimiento.
Realmente en la boca existe un ecosistema muy peculiar: dientes, espacios interdentales, paladar, lengua, carillos, donde se aloja y adhiere la microflora.
- Saliva, glóbulos blancos, fibras de origen alimentario; que actúan como guardianes.
- Microorganismos patógenos y no patógenos, que forman parte de la flora bacteriana oral.
Al conjugarse todos estos factores tenemos una realidad que da miedo; las bacterias con su rápida y efectiva capacidad de reproducirse, la gran cantidad de lugares donde pueden esconderse y adherirse estos microorganismos, creándose así la placa bacteriana, una de las principales causas de las caries y la enfermedad periodontal.
La saliva entre sus múltiples funciones tiene la de arrastrar las bacterias; cada vez que de las glándulas salivales sale un chorro de saliva éste se lleva consigo todos los microorganismos que estén en su recorrido, limpia las superficies que toca, evitando que se adhiera la placa bacteriana. La saliva cuenta en su composición con enzimas que atacan las bacterias y por tanto disminuye la cantidad de estas.
Los alimentos fibrosos como los mangos, piñas, caña, entre otros, actúan como lo haría el hilo dental en la superficie interdentaria, eliminando restos de alimentos y placa bacteriana o biofilm que se encuentran en esa zona.
Las bacterias que forman el biofilm se alimentan de los azucares que están presente en la saliva, sobre todo después de ingerir carbohidratos; esta acción crea acido, el cual ataca la superficie dentaria y produce la caries.
El streptococcus mutans, una de las bacterias presente en la cavidad oral, es capaz de producir en poco tiempo una gran cantidad de ácido y por tanto mayor descalcificación dentaria; esta misma bacteria al alojarse en la membrana que cubre al corazón, pericardio, ocasiona un proceso bacteriano que afecta la salud cardiovascular del individuo. De ahí la estrecha relación de salud oral y corazón.
Las bacterias que se alojan debajo de la encía libre, dan inicio al proceso de la enfermedad periodontal; pasando de gingivitis a periodontitis. Caracterizándose por sangrado espontáneo, mal aliento, cambio de coloración en las encías, y pérdida de las estructuras de soporte de los dientes.
Todo este micromundo es posible mantenerlo a raya con simples, pero importantes medidas, que requieren disciplina por parte del paciente, como son:
- Correcta higiene oral después de cada comida y antes de acostarse.
- Alimentación sana y baja en azucares.
- Visitas periódicas al dentista.
Recuerde que prevenir es más fácil que curar.
¡Consúltenos!